jueves, 28 de mayo de 2020

!Respeto!

Llevo muchos años trabajando en voluntariado con niños y jóvenes , haciendo de uno de mis empeños el que a pesar de tener diferencias las tratasen con respeto. El hacer entender que "ser libre" no te da carta blanca para dañar a otros con tus palabras, y que a veces aún llevando la razón la pierde uno por el modo de expresarse. Recuerdo la época de mi universidad donde empezó a ponerse de moda la más feroz "competencia" porque así nos preparaban para el trabajo. Yo nunca entendí ese egoísmo y ese querer hacer caer al otro para tener más opciones. Yo seguí pensando que aprobar o no dependía de mi esfuerzo y de lo que yo estudiase  ( ya se que me repetireis que ciertas notas solo se podían dar a dos, pero eso nunca me importó ). Luego llegó el momento en que en los trabajos se valoraba el saber trabajar en equipo sin dejar de ser tú mismo e igual de proactivo y nos encontrábamos con profesionales que no sabían hacerlo, justamente por esa educación en la " competencia despiadada". Con la llegada de nuestra democracia llegó la alegría de la libertad, con el conocimiento del respeto a quienes les había costado tenerla y eran conscientes del horror vivido. Siempre hemos estado acostumbrados a ver defensas de las ideas con pasión , sea desde el puesto del gobierno, o de cuando luego se pasa a la oposición . Pero habían empezado a surgir entre las nuevas generaciones algo que nos preocupaba a los que teníamos alguna relación con su educación, y era un nivel de "violencia" verbal y falta de respeto al hablarse. Nos sorprendía que no fuesen conscientes de cómo se comunicaban. En más de una ocasión he grabado una escena y luego se las he hecho escuchar y escribir palabra por palabra y ellos mismos se han sorprendido. Y llegaba la excusa :es que ahora se habla así pero eso no significa lo que parece. Y eso que el tono no se podía "escribir". Cuando se llamaban en vez de por su nombre por "palabras malsonantes" en tono al parecer de cariño, yo volvía a parar la conversación y escribíamos ante todos sus motes cariñosos, que en ese momento ya no les parecía tan cariñoso y que hasta les hacía avergonzarse si yo se lo decía en voz alta. Y nada sale gratis, crecen y aquí tenemos a nuevas generaciones de parejas, directivos, dirigentes, ciudadanos  que siguen hablando de ese modo, generando un clima de "violencia verbal", "falta de respeto", "todo es válido si me sirve en mi planteamiento hasta algo tan sagrado como la familia", las llamadas al "acoso" de viviendas", el revivir el lenguaje "guerracivilista", ......Antes, escenas como esa de otros países eran noticias que aparecían en nuestros telediarios y nos hacían llevar las manos a la cabeza y nos hacían sentir "verguenza ajena"  y que pensábamos que eso solo era propio de "repúblicas bananeras" ... ¿Y ahora? ¿Qué les debemos parecer nosotros?.

Temblando como no puede ser de otro modo por la violencia machista, pero yo hace años ya empecé a temblar al ver en las calles a parejitas, que ni tenían la edad de serlo, como se hablaban y relacionaban . Y hoy veo como muchos padres se han acostumbrado a seguir comunicándose en ese mismo tono, que los niños y jóvenes siguen copiando como modo natural de hablar..... Pero ! No, lo es!

No podemos permitirnos el lujo de hablar sin respeto, ni en un tono que no sea adecuado. No estoy hablando de no poner pasión a lo que hagamos o digamos, pero por favor !RESPETO!

viernes, 22 de mayo de 2020

Liderazgo y unidad

Leí en un artículo de la Vanguardia, sobre los errores de los padres al educar a sus hijos, sobre este concepto que mis padres tenían muy claro en mi casa. Antes de hablar de algo o respondernos una pregunta, ellos establecían un criterio único que era el que se aplicaba y dónde no quedaba lugar para la fisura. De ese modo sabíamos y nos sentíamos seguros cuando nos decían algo, porque nos gustase más o menos, sabíamos que era lo que había. Y podíamos planificarnos porque llorasemos, pataleasemos o gritasemos más o menos eso era lo que se iba a hacer. Es un concepto en liderazgo que es una ley de oro. Yo voy a adaptar esas palabras que iban dirigidas a los padres con nuestro poder ejecutivo.

Disparidad entre los padres / el gobierno.

La falta de unidad de criterio entre las figuras de autoridad es uno de los grandes lastres para educar o gobernar . De entrada, porque si el niño/ ciudadano recibe mensajes contradictorios, si sus progenitores/ líderes  se desautorizan entre ellos, no sabe a quién hacer caso y se siente perdido, sin referencias claras. Y porque a medida que crecen aprenden a utilizar esas discrepancias o diferencias de criterio para hacer lo que quieren.
“Siempre es mejor equivocarse juntos que acertar por separado”, resume Victória Gómez, para quien frases tan populares como “pregúntaselo a tu padre/presidente” o “lo que diga tu madre / vicepresidentes o ministros” son un error.
“Cuando piden o  pasa algo y no se tiene un criterio claro o único, lo mejor es decirles ‘ya lo hablaremos y te daremos la respuesta’, para que vean que la familia / gobierno es un bloque” y puedan estar seguros.
Si no saben trabajar en equipo, tómense su tiempo, encierrense juntos y no salgan hasta no tener unanimidad.
Porque uno de los mayores riesgos de la incertidumbre en liderazgo, es que la gente decida que si los que se les ha nombrado para gobernar un día dicen blanco y al otro negro, se empieza a tener y pensar que la mejor opción es equivocarse o acertar en todo caso uno mismo, y así evitarse esta sensación de ir a la deriva en medio de una pandemia, sin datos ni medidas unánimes por parte del ejecutivo. Y eso en una pandemia, bueno siempre, pero ahora más, es muy peligroso. Tomen asiento, hablen, y hablen y no se levanten de esas sillas hasta ser una unidad compacta. Porque si no la incertidumbre y la deriva acabarán antes con todos nosotros, antes que la pandemia, antes que la crisis económica y antes de esta crispación que genera no tener un poder ejecutivo. !Que se equivocan , pues rectifican!, !que les critican, pues va en su sueldo!, !que les alaban y doran la píldora va en su "sillón "!, si necesitan que les mantengan los pies puestos en la tierra llamen a sus madres o sus amigos de siempre. Gobernar no es fácil , en minoría menos, pero no gobernar ni saber gestionar y dejarse llevar por la deriva es muy peligroso. Por favor, sean uno.