lunes, 4 de enero de 2016

¿Qué pedimos? y ¿cuánto nos interesa recibirlo?

El otro día iba en el autobús, llegamos a la parada del hospital, y empezamos a escuchar a la conductora repetir una y otra vez el nombre del hospital, la puerta seguía abierta tras un rato, y la conductora seguía repitiendo en voz alta el nombre del hospital.

Entonces empecé a mirar con interés, la conductora no suele decir la parada, a no ser que alguien se lo haya pedido, además del rotulo electrónico lo estaba marcando, pero aún me sorprendía que ella seguía diciéndolo una y otra vez, sin arrancar el bus. ¡¿Es que la persona que se lo pidió aún no se ha bajado?¡ ¡¿Pero cómo no va a hacerlo si todos la hemos oído por más de dos minutos?¡ ¡¿Qué esperamos?¡. Todas esas preguntas se agolpaban en nuestras mentes, cuando de pronto ella se canso y cerró la puerta dándose por vencida. 

Y justo en ese momento, un señor que se había sentado al final del autobús preguntó: "¿Esta es la parada del hospital?". Y tras oír a la gente decir que siiii (casi gritarle con desesperación), corrió hasta la puerta y empezó a gritar: ¡por favor abra la puerta¡. La conductora la abrió de nuevo con paciencia y al volver a cerrar para continuar el viaje, otra joven que iba con su móvil también en la parte de atrás dijo: "¡Pero esta no es la parada del hospital¡, la parada está al lado de un polideportivo" y todos le dijeron: ¡"pues claro, no lo está viendo"¡ (era fácil mirar por las ventanillas y ver gente haciendo deporte), entonces corrió hacía la puerta y golpeando dijo: "¡por favor abra la puerta¡", la conductora volvió a abrir y entonces casi cuando se había bajado, se dio cuenta que no llevaba su móvil. Así que volvió a decir: "¡espere, que me he dejado el móvil¡" y regresó hasta su sitio, lo cogió y salió. Por fin la paciente conductora (y los pacientes pasajeros) reiniciamos la marcha.

Yo me quede pensando: "Al entrar estas personas le han pedido al conductor que les indicase la parada, sin embargo se habían ido al final del autobús (donde era más difícil escucharla), después de eso, iban enfrascados en sus móviles y conversaciones y no escucharon (y debieron de ser los únicos) los gritos de la conductora indicando la parada y por último, una de ellos, conocía que había un polideportivo pero no iba mirando el camino, estaba con su móvil. Y considerando todo esto, pense: ¿querían lo que habían pedido?, porque después de pedir a otra persona ayuda para llegar, ellos hicieron todo lo posible por no escuchar a esa persona.

A veces nos ocurre que decimos que queremos algo, pero nuestras acciones dicen todo lo contrario. Y además culpamos a los demás cuando no lo conseguimos. O tal vez es solo la cultura nueva de “yo tengo derecho a todo” sin tener ninguna responsabilidad en nada.