Acababa de salir de trabajar,
estaba agotada y al entrar en un supermercado pensé en comprar un poco de pollo
asado y así no tener que cocinar. Me fui al puesto, pero no había nadie para
atenderme, era mediodía y había menos empleados a la vista y así pasaron unos
cinco minutos. Cuando pensaba en marcharme una voz desde la sesión de carnicería
me habló y me dijo que iba a ver si él podía dármelo. Salió de su puesto donde
en ese momento no tenía a ningún cliente y me atendió amablemente. En ese instante
estaba tan agotada y tan agradecida que casi abrazo al señor mayor que me
estaba atendiendo y al que conocía de comprar en la charcutería, y sin exagerar casi sentía deseos de llorar de
la emoción al sentir su amabilidad.
Cuando llegué a casa y hablé con
una amiga por teléfono para contarle, ella me dijo: “que pena que nos resulte
extraordinario lo que debería ser lo normal”. Y es verdad que cada vez termina
siendo más raro que recibas como cliente un trato adecuado.
Y fue cuando inicie mi serie de
reclamaciones positivas. Las reclamaciones se utilizan para quejarse del mal
trato recibido o de un producto o servicio inadecuado, pero hoy uno recibe
tantas veces ese trato que se cansa incluso de ponerlas.
Y busque en la página del
supermercado, un lugar donde pudiese expresarles mi agradecimiento y
felicitarles por contar con ese tipo de empleados. Pero no encontraba un
espacio para ello, no era una consulta, no era una queja. Y pensé a cuál de los
apartados le dan más valor las empresas, y era fácil la respuesta: a las
quejas, así que escribí en el apartado de quejas, mi reclamación positiva. Sólo
sabía el nombre de figuraba en la chapa del señor que me había atendido, pero
desconocía sus apellidos. Aún así escribí y les felicite por tener dentro de su
personal personas como él. Ellos me respondieron agradeciéndome su nota, creo
que más sorprendidos que yo.
Después de eso, lo he hecho en
otras ocasiones, cuando me he encontrado ese tipo de persona con la que una se
siente atendida, escuchada y satisfecha tanto por el producto o servicio
adquirido como por el trato recibido.
Y ojala que todos nosotros además
de emocionarnos por un trato maravilloso recibido, lo sepamos reconocer ante la
empresa. Porque ese tipo de personas son las que queremos y necesitamos en
atención al cliente. Y sigamos agradeciendo el día que de nuevo vuelva a ser
normal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario