El otro día iba en el
autobús, llegamos a la parada del hospital, y empezamos a escuchar a la
conductora repetir una y otra vez el nombre del hospital, la puerta seguía
abierta tras un rato, y la conductora seguía repitiendo en voz alta el nombre
del hospital.
Entonces empecé a mirar
con interés, la conductora no suele decir la parada, a no ser que alguien se lo haya
pedido, además del rotulo electrónico lo estaba marcando, pero aún me
sorprendía que ella seguía diciéndolo una y otra vez, sin arrancar el
bus. ¡¿Es que la persona que se lo pidió aún no se ha bajado?¡ ¡¿Pero cómo
no va a hacerlo si todos la hemos oído por más de dos minutos?¡ ¡¿Qué
esperamos?¡. Todas esas preguntas se agolpaban en nuestras mentes, cuando de pronto
ella se canso y cerró la puerta dándose por vencida.
Y justo en ese momento, un
señor que se había sentado al final del autobús preguntó: "¿Esta es la
parada del hospital?". Y tras oír a la gente decir que siiii (casi gritarle
con desesperación), corrió hasta la puerta y empezó a gritar: ¡por favor abra
la puerta¡. La conductora la abrió de nuevo con paciencia y al volver a cerrar
para continuar el viaje, otra joven que iba con su móvil también en la parte de
atrás dijo: "¡Pero esta no es la parada del hospital¡, la parada está al
lado de un polideportivo" y todos le dijeron: ¡"pues claro, no lo está
viendo"¡ (era fácil mirar por las ventanillas y ver gente haciendo deporte),
entonces corrió hacía la puerta y golpeando dijo: "¡por favor abra la puerta¡",
la conductora volvió a abrir y entonces casi cuando se había bajado, se dio
cuenta que no llevaba su móvil. Así que volvió a decir: "¡espere, que me
he dejado el móvil¡" y regresó hasta su sitio, lo cogió y salió. Por fin
la paciente conductora (y los pacientes pasajeros) reiniciamos la marcha.
Yo me quede pensando:
"Al entrar estas personas le han pedido al conductor que les indicase la
parada, sin embargo se habían ido al final del autobús (donde era más difícil escucharla), después de eso, iban
enfrascados en sus móviles y conversaciones y no escucharon (y debieron de ser
los únicos) los gritos de la conductora indicando la parada y por último, una de ellos, conocía que había un polideportivo pero no iba mirando el camino, estaba con su
móvil. Y considerando todo esto, pense: ¿querían lo que habían pedido?, porque después
de pedir a otra persona ayuda para llegar, ellos hicieron todo lo posible por
no escuchar a esa persona.
A veces nos ocurre que
decimos que queremos algo, pero nuestras acciones dicen todo lo contrario. Y
además culpamos a los demás cuando no lo conseguimos. O tal vez es solo la
cultura nueva de “yo tengo derecho a todo” sin tener ninguna responsabilidad en
nada.